No soy ningún etnólogo (palabra estrafalaria para experto en vinos – ¡gracias Google! pero ciertamente disfruto un buen vaso de vino y en mi verdadera opinión de inexperto, no hay mejor lugar para tomar una que en su misma fuente. Para mí, visitar distintas regiones vitivinícolas y sus viñedos es como entrar a la fábrica de chocolates de Willy Wonka… si el lago estuviera lleno de vino en vez de chocolate, y si tuvieras que ser mayor de 18 para disfrutarlo.
Mi amor por el jugo de la uva madura me ha llevado a descubrir una generosa cantidad de rojas, blancas y todo más de los sospechosos de siempre: francesas, italianas y españolas. Descubre pintorescos viñedos y vinerías familiares en estos lugares inesperados:
1. Cayafate
Cuando pienso en Argentina, jugosa carne y largas copas de rojo vino son las primeras cosas que vienen a mi mente – una combinación ganadora donde sea, cuando sea, y sin importar lo que estés tomando. Hay más vinos en Argentina que el Malbec y más regiones vinateras que Mendoza, así que deja de lado esas dos Ms para ir hacia la gloria y escapar para beber el vino de Cayafate. La hermana menor de Mendoza y el pequeño secreto de la Argentina está rodeado de un espectacular paisaje andino suplicando ser explorando entre degustaciones. Finaliza con un sorbo de vino en la plaza central.
2. Tamar Valley
Hay una razón por la que la gente sigue emigrando a Australia y no son ni el sol, ni el mar ni Chris Hemsworth… es la reserva sin fondo de vino. Aléjate del vino barato (vino goon) y ve directo hacia los viñedos. En el continente se hayan lugares reconocidos internacionalmente como the Hunter (el Cazador) y Barossa Valleys (valles Barossa) pero el pequeño tesoro insular de Australia también goza de los mejores vinos de clima templado: dirígete a Tamar Valley en Tasmania por pinot noirs y espumantes chardonnays. Mi dos vinerías favoritas, Jansz y Pipers Brook, están a un conveniente tropezón una de la otra.
3. Duoro Valley
Portugal es famoso por su Puerto pero no todo su vino es drunk fortified???? y el valle Douro es el lugar perfecto para probar el vinho local. Hay tantas quintas (estancias) para elegir, pero mi favorita es Quinta De Roriz, situada en un anfiteatro natural en la orilla de un río. Pide un vaso de Chryseia y bebe con ese paisaje.
4. Mosel
Hay mucha más Alemania que bierkellers y el Oktoberfest. Descubre las aldeas tradicionales, los castillos históricos, y, por supuesto, wein mientras los ríos se cruzan en Rieslings sobre el río Moselle. La región vinatera más empinada en el mundo le da a todas las uvas luz solar directa y resulta una hermosa postal para disfrutar una copa de vino.
5. Península del Niágara
Estás perdonado por asumir que el clima de Canadá es demasiado frío e inconstante para sostener una producción de vino. Yo también lo hice, pero esto se aleja de la realidad. El hielo no es el palo en la rueda: es la parte esencial. Las uvas se cosechas mientras se encuentran congeladas para mantener un néctar mucho más dulce e intenso, conocido como ice wine – o vino dulce para tí y para mí.
6. Urla
Siendo un país musulmán, Turquía es un candidato inusual para encontrar vinerías, pero que sus habitantes se abstengan del consumo no significa en lo absoluto que tú no debas. Turquía se ha convertido en el cuarto viñedo a nivel mundial, de cuya producción un escueto 2% se convierte en vino. Ya sabes lo que dicen: calidad, no cantidad. La Tracia es la región con mayor producción del país pero estoy ojeando la pintoresca ciudad costera de Urla para mi próxima bebida.
7. La Médocaine
Debo admitir que esta no es una región no es desconocida, pero es una experiencia única. ¿Puedes imaginar algo más idílico que una tarde merodeando por viñedos en la campiña francesa mientras montas una bicicleta? Bueno, esto no lo es. Aquellos que les gusta andar en bicicleta en la montaña pedalean por unos 80km a través de los viñedos de Médoc y sus castillos. Un detalle interesante para aquellos atletas amantes de la diversión: es obligatorio estar disfrazado y manejar borracho es respaldado de todo corazón.